Los Roca abrirán un bar de tapas en Girona

Josep Roca encabeza el proyecto que se ubicará en la plaza de los Mercaderes, con una capacidad de poco más de cuarenta sillas con platos de los años 70 de Can Roca como calamares a la romana pero también tortitas de camarón y vinos catalanes y andaluces

Josep Roca (Llibert Teixidó)

Les han propuesto hasta la saciedad abrir restaurantes, bares, coctelererías y todo tipo de establecimientos vinculados a la restauración en los más variados rincones del planeta. Pero los hermanos Roca se resisten. Sin embargo, poquito a poco van ampliando su huella en Girona, su ciudad, donde en torno a su emblemático Celler de Can Roca y la casa de sus padres, Can Roca, va creciendo su huella.

Los hermanos Roca no paran quietos. Dentro de pocos meses, nacerá un nuevo proyecto de restauración en el corazón del casco antiguo de Girona que combinará vinos naturales y tapas de los años setenta que tendrá el sello de Josep Roca. El sumiller de la bodega ha ideado un proyecto que quiere evocar la inmigración de los años setenta en Girona, muchos de los cuales eran andaluces. El hermano mediano de los Roca está preprarar ya la puesta en marcha del nuevo local, situado en la plaza de los Mercaderes, donde hasta hace unos meses fue el restaurante Mon Tío.

Además de las heladerías Rocambolesc en las que venden los helados de Jordi Roca, el único modelo que sí han expandido, ahora suman Casa Cacao, que abrirá en breve en el centro de la ciudad y que aglutina hotel (dirigido por Anna Payet, esposa de Joan Roca) y una fábrica de chocolate con el sello del menor de los hermanos.

Los hermanos Roca con la abuela en Can Roca (Celler de Can Roca)

Si muy tímidamente pusieron un pie en el negocio de los bares de vinos asociándose con los propietarios de Plaça del Vi, 7 (Roger Visuà y Carles Horta), ahora Josep Roca ha sucumbido a la tentación de quedarse con el espacio que ocupaba Mon Oncle, un imprescindible en la ruta de los vinos naturales, una idea que sus hermanos han apoyado sin dudarlo. “Es un espacio situado en un entorno muy acogedor, con una terraza muy agradable y un local pequeño, en el que queremos mantener el alma que le dieron los propietarios del Mon Oncle”.

El sumiller afirma que está muy «ilusionado» con el nuevo establecimiento y piensa ser a menudo el local. Josep Roca ha explicado que en breve comenzarán las obras para tenerlo todo listo en pocos meses. Roca explicó sin embargo, que piensa mantener el estilo del anterior restaurante que había en el local y que sólo hará algunos «retoques». Para este pequeño cambio, que quiere mantener «una patina de calidez», ha pedido la colaboración de Marie Dumonceau, ligada al antiguo restaurante Mon Tío, para que les ayude con la decoración. Está previsto realizar un suelo estocado y cambiar la cocina. Pero poco más . La capacidad del local es de poco más de cuarenta sillas , además del espacio que haya por la terraza del exterior.

Confiesa Josep Roca que le hace ilusión plantearse el bar, que seguramente se llamará Boca Seca, como un Can Roca en versión de bar de tapas, con una oferta en la que convivirán elaboraciones como el bocadillo de riñones al Jerez que tomaban de niños en el bar de sus padres y una tortilla de camarones. “Es un ejemplo de ese mestizaje con el que crecimos en el barrio de Taialà, un barrio de inmigrantes, y donde también está el origen de mi pasión por los vinos de Jerez”. Habrá también otros vinos de pequeños elaboradores, sin duda proyectos con alma elegidos por el sabio sumiller.

Fuente y Fotografia: www.lavanguardia.com

Se ha inaugurado en el marco del club “secreto” del famoso bar y neotaberna, que en breve desembarcará con una esperada sucursal en Madrid. La “maison” pretende difundir así la cultura del Champagne de la mano de uno de los espacios gourmet más emblemáticos del país. Carlos Bosch y Raquel Giménez adaptan el espacio al look de la marca, dotándolo de un exquisito, lujoso e íntimo aire barroco francés actualizado.

Descubre el club Dom Pérignon, paraíso de los amantes del champagne

Ya es una realidad. El Club Manero Dom Pérignon (C/ Médico Manero Mollà, 7. Alicante. Tel. 965 144 444. www.clubmanero.com), un club de culto a algunos de los mejores y más emblemáticos Champagnes del mundo, los de esta centenaria “maison” francesa originaria del siglo
XVII, ha abierto sus puertas en Alicante.


Se trata de un lujoso espacio “secreto” que derrocha hedonismo, solo apto para “bon vivants” y oculto, por ello, en el interior de Manero Alicante, el conocido gastro bar y espacio “foodie” ideado por Carlos Bosch (El Portal) y que pronto inaugurará una esperada sucursal en Madrid. Allí llevará también este club, una recoleta capilla íntima, “chic” y espectacularmente decorada por Lázaro Rosa Violán y adaptada a la ocasión por el equipo de Valor Corporativo de Manero en la que alabar algunos de los espumosos más venerados del planeta.

El Club Manero Dom Pérignon cuenta con una carta especial con las añadas actuales, que se pueden degustar también por copas, y una selecta recopilación de otras de las mejores añadas pasadas de la bodega. En palabras de Xavier Monclus, Wine Education Manager del grupo LVMH, “el objetivo es tener la carta más extensa de añadas de la casa en toda España y a un precio competitivo para poder disfrutar del Champagne más exclusivo del mundo”.

ACTIVIDADES
El Club Manero Don Pérignon organiza catas periódicas basadas en el aprendizaje del mundo del champagne y vinos Características, vinificación, procesos, organoléptica, servicio, maridajes, tipologías… siempre con sumilleres expertos y embajadores de la “maison” Dom Pérignon y otras bodegas nacionales e internacionales.
Se pueden reservar a partir de un mínimo de seis personas y un máximo de 20 que disfrutarán de las diferentes etiquetas de la casa, incluyendo los vintage, el rose, P2 y en algún caso el P3. Existe un calendario de actividades de manera continua que se renovará semanalmente. ¿Ejemplos? Además
de “masterclass” y catas, talleres de mixología, conciertos en vivo, sesiones de DJ los sábados por la noche… El espacio ofrece, asimismo, la posibilidad de ser arrendado por un socio o por un cliente para su uso particular así como la opción de disfrutar de la exquisita gastronomía y de la carta de Manero
Alicante de una manera más privada y aún más especial si cabe.

¿CÓMO PERTENECER AL CLUB?

Es posible solicitar la membresía siempre que sea avalada y propuesta por otros dos socios. Una única cuota anual da derecho a los socios del Club Manero Dom Pérignon a acceder a los eventos, siempre de manera preferente. Asimismo, podrán celebrar y disponer del espacio con descuentos importantes,
organizar catas privadas para sus clientes, amigos o familiares, y vivir experiencias extraordinarias para amantes del hedonismo. El club tiene un límite de 300 socios que podrán disfrutar de forma semi exclusiva del único espacio Dom Pérignon que existe en España.

‘La terraza del Casino’ se convierte en Paco Roncero Restaurante de la alta cocina en Madrid

TALLER DE PACO RONCERO

Paco Roncero Taller es la consecuencia de un sueño. Un sueño del cocinero internacional Paco Roncero de servirse de la gastronomía para provocar nuevas sensaciones y ser capaz de comunicarse a través del lenguaje universal de la emoción.

El resultado es un espacio vivo, editor de emociones, además de una herramienta única para crear experiencias multisensoriales como nunca antes se habían conseguido en el campo de la gastronomía.

Diseñado y construido en base a criterios de Sostenibilidad Integral, Design For All e Ingeniería Emocional, Paco Roncero Taller crea un ambiente inmersivo que amplifica la capacidad sensorial de los asistentes hasta límites insospechados.

Paco Roncero Restaurante abrió sus puertas con el nombre de La Terraza del Casino a finales de 1990, en una de las ubicaciones más especiales del Casino de Madrid, situado en la parte superior y con una espectacular terraza con unas de las mejores vistas de la ciudad.

Con una oferta gastronómica para aquellos que buscan la mejor materia prima junto a una vanguardia técnica y creativa que se traduce no solo en un estilo de cocina sino también, en la manera de ofrecer y entender la gastronomía como una experiencia sensorial única.

Grandes influencias de todas las culturas gastronómicas que se unen para dar origen a creaciones donde se fusionan los grandes clásicos de la cocina internacional, y donde el producto de la más alta calidad es el eje de todo.

La Bodega

Detrás de una cocina cuya base es el producto y las creaciones más expresivas, no podía faltar una bodega con más de 700 referencias nacionales e internacionales.

Creaciones de vanguardia que se acompañan con las sugerencias de la muy premiada Maria José Huertas, cuya batuta acompaña una experiencia que va más allá de la vista, el olfato y el gusto.

A la hora de elaborar la carta de vinos, el equipo de bodega, realiza un análisis de las circunstancias y trasfondos que la rodean, ya que se confecciona en torno a ciertas generalidades comunes. Siempre hay que pensar en un formato vistoso, pero fundamentalmente práctico, evitando así que falten vinos.

El número de referencias es de aproximadamente 700 en la actualidad y van cambiando, rotando, manteniéndose o haciéndose verticales, de tal forma que los clientes siempre encuentren novedades. Siempre bajo el compromiso de la constante actualización.

La representación de vinos españoles es más o menos del 50 %. La Carta está compuesta por Vinos Generosos, Espumosos, Blancos, Rosados, Tintos y Dulces.

Maria José Huertas

Nariz de Oro y Sumiller. Premio Nacional de Gastronomía en el año 2003.
Tras llevar a cabo una estancia en El Bulli durante dos años, realizó el Curso de Sumiller en la Cámara de Comercio de Madrid, en el que quedó la primera de su promoción.
Desde 1999, María José Huertas es la sumiller de Paco Roncero Restaurante. En esta década de trabajo, la carta de vinos y su profesionalidad han crecido de la mano. Empezó con una carta de cincuenta referencias, muy clásicas y sobre todo españolas, y ahora hay unas setecientas referencias. Los reconocimientos recibidos a lo largo de su carrera, como el premio Sumiller del año por el Grupo Gourmets, en 2003; premio al mejor sumiller de la Comunidad de Madrid, entregado en Madrid Fusión en 2004; o el premio como mejor sumiller, otorgado por la Academia Internacional de Gastronomía en 2005, acreditan su profesionalidad.
Además de su trabajo como sumiller, es miembro de jurado en distintos campeonatos de sumilleres, participa en catas de diferentes zonas de España como jurado.

 

Los mejores rincones más reverenciados por los amantes de la buena mesa desde hace siglos

La calidad y exquisitez de sus vinos ha permitido a Jerez de la Frontera ser uno de los rincones más reverenciados por los amantes de la buena mesa desde hace siglos. Ahora, una nueva generación de restauradores se ha propuesto que la ciudad destaque no solo por sus caldos, sino también por una restauración de altura que ya cuenta con su propia estrella Michelin.

El universo gastronómico en Jerez no se entiende sin el vino, incluso en lo que a bocados se refiere. Del aperitivo al postre, no falta un fino, un oloroso, un palo cortado, un dulce o un Pedro Ximénez con el que maridar cualquier plato o tapa que nos pongan por delante.

Aunque la búsqueda de la excelencia sobre la mesa ha sido una constante en Jerez, es ahora cuando ha cristalizado una nueva generación de restauradores que se ha atrevido a emprender el camino de la alta cocina

El comer, en cierto modo, estaba supeditado a las necesidades del Sherry, y como no hay nada mejor que una tapa para acompañar a un fino, durante décadas la cocina de la ciudad se especializó en estos pequeños placeres. Hasta el punto de que Bar Juanito, abierto desde 1943, se hizo con el Premio Nacional de Tapas gracias a sus alcachofas en los años 90.

La búsqueda de la excelencia sobre la mesa ha sido constante. Sin embargo, es ahora cuando ha cristalizado una nueva generación de restauradores que ha querido dar el paso que no terminaba de dar la ciudad: el de la alta cocina.


JuanLu Fernández capitanea el recién ‘estrellado’ Lú Cocina y Alma.

Más allá de pucheros, berzas y otras recetas tradicionales, pero sin renunciar a ellas ni menospreciarlas, Jerez pone mesa y mantel a creaciones de altura, textura únicas y sabores increíbles. Y, como ocurrió con el Juanito, el galardón no ha tardado en llegar.

Más allá de pucheros, berzas y otras recetas tradicionales, pero sin renunciar a ellas ni menospreciarlas, Jerez pone mesa y mantel a creaciones de altura, textura únicas y sabores increíbles. El reconocimiento no ha tardado en llegar

Cocina con alma

Lú Cocina y Alma es el abanderado de esta nueva oferta de restaurantes únicos. Y lo hace con el privilegio de haber sido ya premiado con una estrella Michelin. JuanLu Fernández, tras diez años como jefe de cocina de Aponiente, es el capitán de una nave que él mismo describe como “madriguera donde la alta cocina se encanalla”.

Situado en la calle Zaragoza, su propuesta juega con Alicia en el País de las Maravillas, uniendo sensatez y locura en un menú degustación mágico y espontáneo (el menú Sigue al conejo blanco está disponible desde 70€, 110€ con maridaje de vinos) que también juega con la decoración, con escaleras que no van a ningún lado, sillas Luis XVI y tapizados de toile.

Una cocina central con estructura de barra (no le faltan ni los taburetes) divide el comedor en dos zonas de mesas. En ellas podremos degustar platos con salsas de estilo francés, de apariencia y presentación sencillas, pero que explotan de sabor en la boca.

El mollete de atún de almadraba o la urta a la roteña con ají amarillo son algunos de los platos de su menú más personal.

Universo Santi es el primer restaurante del mundo de alta cocina atendido al 100% por personas con discapacidad

Sentido y sensibilidad

Diferente es lo que encontramos en Universo Santi, llamado así por ser un espacio donde se quiere rendir legado al reconocido chef Santi Santamaria. Pero no solo eso, también quiere ser un lugar donde se impulse la labor social de la Fundación Universo Accesible, de ahí que sea el primer restaurante del mundo de alta cocina atendido al 100% por personas con discapacidad (está previsto abrir un segundo espacio en Madrid este 2019).

Su cocina es la única donde encontraremos las recetas que dieron fama a Can Fabes, el triestrellado restaurante mítico de Santi Santamaria. Al frente está Abel Valverde, que fue responsable de Santceloni en Madrid y que actúa de maestro de ceremonias. A los fogones, herederos y discípulos del gran cocinero catalán, entre otros.


Universo Santi, Jerez.

El proyecto tiene el apoyo de grandes como Arzak y Martín Berasategui. Además, un jueves de cada mes trabaja allí un cocinero con estrella Michelin. Los hermanos Torres, el propio Berasategui, los hermanos Roca, Nandu Jubany y David de Jorge son algunos de los nombres ya confirmados. Se ubica en la Finca El Altillo, a un paso del centro.

Todos vaticinan una segunda estrella Michelin en Jerez y Mantúa, del chef local Israel Ramos, es el candidato

Minimalismo a la andaluza

Un proyecto al que todo el mundo vaticina una estrella Michelin en breve es el de Mantúa, el restaurante que ha abierto el cocinero jerezano Israel Ramos. Abierto desde septiembre de 2017, destaca el altísimo nivel de ejecución de su cocina, con platos perfectos, que toman la tradición andaluza, los productos de proximidad y el vino de Jerez, pero arriesgando en fórmulas, mezclas, presentaciones y matices.

Situado en la Plaza Aladro (pleno centro), Mantúa solo dispone de seis mesas, separadas entre sí para que la experiencia parezca que se está prácticamente a solas ofreciendo un ambiente minimalista y relajado donde se pueden acompañar los platos con todo tipo de etiquetas vinícolas, no solo del Marco jerezano.


Restaurante Mantúa, Jerez.

Cuenta con tres menús degustación (a partir de 55€ y el maridaje es posible desde 30€ por comensal, aunque es posible pedir copas o botellas).

Hermanos Carrasco reivindica la buena carne como materia prima de lujo, como la que sirve en su excepcional carrillera de ternera con ravioli de boletus

Hermanos Carrasco

En Mantúa hace falta reservar con antelación, dado que hay lista de espera. También es importante llamar con unos días previos a Hermanos Carrasco, otro restaurante en boga en la ciudad.

Juan Manuel Carrasco es el chef de este espacio que reivindica la buena carne como materia prima de lujo, y que sirven en barra, comedor y terraza (esta última, cuando el buen tiempo ya ha llegado). No podemos dejar Jerez sin probar su carrillera de ternera con ravioli de boletus o su steak tartar con mostaza y pañuelos de arroz.


Hermanos Carrasco. Carrillera con raviolis.

Estilo neoyorkino en Jerez

Mucho más desenfadado, pero con continuos guiños a la cocina elaborada, completa este póker de espacios Secuencia Nueve. Situado en la Avenida de Europa, es un proyecto de uno de los hermanos Carrasco, con la decoración como punto fuerte de presentación, al estilo industrial y loft neoyorquino.

De estilo neoyorkino y con una carta tan original y moderna como su interiorismo, Secuencia Nueve es el proyecto de uno de los hermanos Carrasco

Su carta es tan original y moderna como el interiorismo, destacando los platos que se pueden compartir, bien en presentaciones como los tacos marinados de atún con caviar de wasabi o los de foie casero con crema de queso payoyo.


Secuencia Nueve, Jerez.

Como buen Carrasco, sabe bastante de buena carne, que en este caso pueden ser chuletones, entrecots o hamburguesas. Y el mismo mimo ponen en los postres (los amantes del dulce, no pueden dejar de probar la esfera de chocolate con helado de plátano, toffee y niebla fría).

Una escapada a Jerez se vuelve más sabrosa que nunca y elegir una buena opción, en algo seguro.

Los Hermanos Roca, cocina en libertad en el Celler Can Roca

El Celler es un restaurante de estilo libre, de cocina en libertad, comprometida con la vanguardia creativa, sin renunciar a la memoria de las generaciones de antepasados de la familia dedicadas a dar de comer a la gente. Fue fundado por los hermanos Joan i Josep Roca a finales de agosto del año 1986, en Girona. Joan, en la cocina, y Josep, en la sala. Casi inmediatamente, en 1987, Encarna Tirado, hoy esposa de Josep Roca, se sumó al proyecto, en la sala. Y en 1998, el hermano menor, Jordi, se incorporó a la cocina del Celler.

El Celler nació en un pequeño local justo al lado del establecimiento de sus padres,  Josep Roca i Montse Fontané, propietarios de Can Roca, un popular bar-restaurant establecido en 1967 a Taialà-Germans Sàbat, entonces un barrio popular en los suburbios de Girona.

Celler can Roca – Bbva

El restaurante comenzó en un local de reducidas dimensiones, por lo que, ya en 1991, se ojeó can Sunyer, situada a escasos metros de la casa de los padres. Se trataba de una antigua casa de campo, híbrida entre los estilos modernista i colonial, construida en 1911 por el arquitecto Isidre Bosch i Bataller. Tras comprar-la, fue adaptada como sala de banquetes y se llamó la Torre de Can Roca. Quince años más tarde, en noviembre de 2007, el nuevo Celler abrió en la Torre. Se cambió un establecimiento de 170 metros cuadrados por otro cuatro veces mayor y mucho más confortable, tanto para el personal como para los comensales: 200 metros cuadrados de cocina, 200 de bodega, 200 de comedor i 60 de recepción, y un jardín acogedor.

El compromiso de El Celler de Can Roca con la cocina y con la vanguardia, además de su vinculación con el academicismo, ha conllevado a una defensa del diálogo permanente con los productores y con los científicos, al diálogo total. Hay que remarcar que los tres hermanos han sido alumnos de la Escuela de Hostelería de Girona, y creen  en la pedagogía como base para los profesionales del futuro.


Precisamente, El Celler de Can Roca es la consecuencia evolutiva de una familia dedicada a la restauración durante diversas generaciones, de conocimientos heredados de tatarabuelos a bisabuelos, de bisabuelos a abuelos, de abuelos a padres y de padres a hijos. Y de la consiguiente actualización vanguardista de cada uno de los momentos vividos. El padre, Josep Roca i Pont, nació en Can Reixach, hoy aún una activa casa de comidas, situada en Sant Martí de Llémena, el 24 de noviembre de 1933. El que fuera conductor del autobús del barrio, cocinero de pollo asado y de carne a la parrilla, ama controlar el ritmo de su negocio desde el mostrador de Can Roca. Su madre, la Iaia Angeleta, mujer carismática y querida, musa dels sus nietos. Y cómo ella misma se definía, “dedicada toda la vida a la cocina y a dar de comer a la gente”. Montserrat Fontané i Serra, es la madre. Nacida el 8 de junio del 1936 en Can Batista de Sant Martí de Llémena, cocinera venerada y el alma de la casa, se trata de la persona que más ha influido en la cocina de Can Roca. La familia de Montserrat Fontané, según cuenta ella misma, podría estar dedicada al negocio de la hostelería, al menos, desde el siglo XVIII,  allá por el año 1700, en Sant Martí de Llémena.


Casados en 1962, Josep Roca i Montserrat Fontané, abrieron Can Roca en 1967. Joan Roca, cocinero, nació el 11 de febrero de 1964. Josep Roca, sumiller y maestro de camareros, llegó el 19 de marzo de 1966, y Jordi Roca, pastelero, vino al mundo el 2 de mayo de 1978.

Los tres son Premio Nacional de Gastronomía y comparten el título de Doctor Honoris Causa por la Universitat de Girona.
Las principales guías de restaurantes y los críticos de gastronomía han reconocido el trabajo del Celler durante su primer cuarto de siglo de existencia. En 1995 llegó la primera estrella Michelin; en 2002 la segunda. Y el 25 de noviembre de 2009, la tercera. Tienen además, tres soles de  la Guía Repsol; 19/29, de 5 a Taula, de La Vanguardia; 9,5, de Gourmetour; 9,75/10, de las guías Lo Mejor de la GastronomiaGourmand. En 2009 la revista inglesa Restaurant Magazine situó Can Roca como el 5º de los 50 mejores restaurantes del mundo. En 2010 subieron hasta la cuarta posición, y en 2011 y 2012, a la segunda. En 2013, a la primera.

grupodanigarcia

Con tres estrellas Michelin, el chef Dani García se posiciona como uno de los cocineros andaluces con mayor proyección internacional en la actualidad. Dani se define a sí mismo como un ‘artesano del sabor’ que consigue aunar en un mismo plato los productos propios de su tierra, junto con las técnicas e ingredientes de la cocina más internacional.

grupodanigarcia

grupodanigarcia

EL CHEF DANI GARCÍA, un creador de conceptos con tres estrellas Michelin

Una historia que comenzó a escribirse en 1998 a 2004 encendiendo la primera estrella Michelin en el proyecto familiar Tragabuches donde desarrolla una cocina llena de intención, juventud y color. Será en Calima de 2005 a 2013 donde alcanza la madurez como cocinero, domina la técnica y se convierte en el primer chef biestrellado de Andalucía. Una etapa que supone una gran evolución y aprendizaje ya que desarrolla una cocina cargada de imaginación donde la técnica está al servicio del sabor. Es en noviembre de 2018 cuando recibe su tercera estrella Michelin en Dani García Restaurante y con casi 20 años de experiencia en los fogones la historia continúa escribiéndose.

Grupo Dani García es una marca joven, divertida e innovadora que nace de la ilusión, el amor por la cocina y el gusto por las cosas bien hechas. Dentro de nuestro sentir gastronómico priman la calidad de los productos, la tradición, la innovación y la excelencia. Aquí encontrarás una gastronomía comprometida donde tradición e innovación se abrazan en nuestra propuesta.

Actualmente el grupo engloba el restaurante gastronómico Dani García (con tres estrellas Michelin), los conceptos BiBo (que se localizan en Marbella, Madrid y próximamente Tarifa) y Lobito de Mar,  que se encuentra en Marbella y próximamente en la capital, el catering Eventos Dani García que opera en todo el territorio nacional y Atelier (laboratorio de ideas del chef en Marbella y espacio para eventos).

LA FUNDACIÓN DANI GARCÍA

Fundación Dani García es una organización sin ánimo de lucro que tiene afectado de modo duradero su patrimonio a la realización de los fines de interés general constituido por el fomento, la investigación, la educación y la divulgación de los hábitos alimentarios como instrumento para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las patologías infantiles.

2000

Primera Estrella Michelin en el Restaurante Tragabuches.

2002

Premio Perigueux (Francia) al libro Tragabuches al mejor diseño editorial.

2002

Mejor Cocinero del Año. Reconocimiento de la Academia Gastronómica Malagueña.

2005

Premio Técnica del Año a Dani García y Raimundo García del Moral por su trabajo con nitrógeno líquido y goma gellan.

2006

Chef L`Avenir (chef del futuro) premio que concede la Academia Internacional de Gastronomía.

2007

1ª Estrella Michelin en Restaurante CALIMA de Marbella.

2007

2 Soles Repsol de la Guía Repsol a CALIMA.

2008

3 Soles Repsol de la Guía Repsol a CALIMA.

2009

Premio Nacional de Gastronomía por la Real Academia Española.

2010

Premio a la Excelencia en la Gestión al Proyecto Gastronómico de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía.

2010

2ª Estrella Michelin a CALIMA.

2011

Medalla de Andalucía entregada por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía.

2012

“Explorando España” Madrid Fusión.

2013

Marbellero de Honor.

2014

Revalida la 2* Michelin en Dani García Restaurante en el Hotel Puente Romano.

2015

Premio Andalucía de Gastronomía 2015 a Dani García.

2016

Bib Gourmand a BiBo Marbella.

2016

Premio “Sánchez Cotán” de la Real Academia de Gastronomía al Mejor Diseño de Carta para BiBo Marbella & Madrid.

2017

Premio Prix Versalles al diseño del mejor restaurante de Europa

2018

Tercera Estrella Michelin en Dani García Restaurante de Marbella

Deliciosas ostras, en el restaurante Ritzi, en Puerto Portals

Ya en la Prehistoria se consumían con fervor estos moluscos tan apreciados por los sibaritas.

“El primer hombre que se atrevió a comer una ostra fue valiente”, tal y como dejó escrito el novelista satírico irlandés Jonathan Swift. Se desconoce cuándo fue la primera vez que un humano tuvo la peregrina idea de sumergirse en el mar para recoger una ostra, abrirla y comérsela. Primero tuvo que sentirse atraído por su concha retorcida, estriada y rugosa, que ya es difícil. Después, más difícil aún, lograr abrirla. Y, finalmente, al encontrarse con ese cuerpo entre carnoso y viscoso, de color pardo verdoso, decidir metérsela en la boca. Probablemente tenía mucha hambre. Pero lo que queda fuera de toda duda es que descubrió uno de los grandes manjares, apreciado desde hace milenios.

Deliciosas ostras, en el restaurante Ritzi, en Puerto Portals

Deliciosas ostras, en el restaurante Ritzi, en Puerto Portals

Y es que ya en la Prehistoria se consumía con furor este molusco bivalvo, como demuestra el hallazgo de amontonamientos de conchas pertenecientes a todas las culturas mesolíticas cercanas al mar. En la Antigüedad, a los griegos les gustaban asadas, fritas, con aceite o cocinadas con miel, perejil y menta. Los romanos, que las acompañaban de pan negro, las denominaban calliblepharis, que significa ‘párpados bellos’. En la Francia del siglo XVII se organizaban banquetes compuestos exclusivamente de ostras, y personajes históricos como María Antonieta o Voltaire las devoraban con pasión.

Actualmente se consumen de todas las maneras posibles, desde los ‘po boy’ o bocadillos de ostras rebozadas y fritas de Nueva Orleans, a las marinadas en salsa ponzu con nabo blanco daikon y algas típicas de Japón. Las ostras Rockefeller se cocinan al horno con una mezcla de queso, mantequilla, pan molido, espinacas y perejil, y este molusco también se consume cocinado a la brasa en su propia concha o incluso a la plancha. Pero la forma más apreciada de comerlas es al natural, recién sacadas del mar y solo aderezadas, quizás, con un chorrito de limón y un poco de pimienta o salsa picante.

En Puerto Portals pueden degustarse, al natural, en los restaurantes Ritzi (acompañadas de una vinagreta de cebolla) y Baiben (aderezadas con una vinagreta mignonette con chalotas y vinagre de manzana). Al disfrutarlas en el entorno de Puerto Portals cobran máximo sentido las palabras del poeta francés Léon-Paul Fargue: “Adoro las ostras, uno tiene la impresión de besar el mar con la boca”.

En mi casa ha habido huerto toda la vida, siempre. Mi abuelo se levantaba cuando ni se veía, antes que el gallo, para ir a la huerta a ver cómo andaban los tomates y las borrajas, y mis padres lo mismo.

Me acuerdo de mi madre, que bien pronto empezaba a preparar las fiambreras con los guisos para el almuerzo, la comida y hasta la merienda, normalmente un casco de chorizo que se guardaba en las tinajas de barro. Luego le llenaba la bota de vino a mi padre y ponía el agua y una botella de gaseosa Margarita para mí y mis hermanos en el viejo baúl de madera, con asas de cuerda gorda y mucha paja y grandes barras de hielo. ¡Menudo isotermo! Aguantaba todo el día tapado con «la manta basta y pesada» —así la llamábamos, un nombre largo pero descriptivo, oye— que tenía dos usos: tapar a la caballería cuando sudaba para evitar que se resfriase, y si no, proteger del sol el baúl de la bebida.

Mientras tanto, mi padre preparaba el bozal del caballo con paja y un poco (bien poco) de un revuelto de cebada y trigo que el animal tomaba a mediodía, cuando parábamos a comer nosotros. La suya fue la última caballería del pueblo, no la cambiaba por máquinas. Le gustaba la costumbre de preparar los aparejos del caballo y los enganchaba al carro con hebillas grandes y pequeñas, de todo había. Lo hacía de un modo que de bien chico me costó un buen montón de días aprender. Y el perro, que se llamaba Lucero, tan contento, pensando que iba a salir de paseo detrás del carro, porque le encantaba ir al huerto.

Si has nacido en ciudad, todo esto te sonará a otros tiempos, pero así sigue en muchos pueblos de España. Lo que pasa es que la gente, los más jóvenes, cada vez se dedicaban menos al campo. Lo dejaban y se iban a las ciudades. Y mira tú por dónde, ahora el huerto se está haciendo su espacio también en mitad del asfalto, en jardines, azoteas y balcones.


Hace unos meses leí no sé dónde que en quince años, desde el 2000, hemos pasado de 1.000 huertos urbanos en España a más de 15.000, y no me sorprende. Al revés: más que saldrán. La crisis tiene su parte, porque el huerto para el autoconsumo te devuelve las riendas de una parcela tan importante como la de la alimentación más básica, pero en realidad no creo que sea el motivo principal. Para mí, es más cosa del ritmo de la vida, que es cada vez más rápido: lo noto cuando vengo a Madrid desde Tudela, o cuando salgo de España y viajo a Estados Unidos o a Francia, porque es en todo el mundo igual. La gente ya no anda, corre, lo que manda es la urgencia.

De trabajar con las manos o dedicarle tiempo a algo que no tendrá resultados inmediatos ni hablamos, y ese es el ambiente general, pero la carrera a ninguna parte también tiene sus consecuencias. Perdemos de vista el suelo, nuestros cimientos, y un día esa carrera nos hace parar de golpe y preguntarnos hacia dónde estamos yendo, qué es necesario, qué no lo es y demás. ¿El supuesto progreso es avance o es retraso? La tecnología sin valores detrás es aire. A muchos, la respuesta a esas preguntas les ha hecho bajar el ritmo, coger una azada y ponerse a trabajar la tierra, porque conectar con ella es regresar a las raíces; contactar con la energía que tiene la tierra y que nos lleva de vuelta a lo importante, como si se nos colara por la piel.

Eso es lo que había de fondo cuando puse en marcha el huerto más grande del mundo en la azotea de un hotel. Y también en el nombre del restaurante, Raíces. En lo personal pienso igual que en lo profesional: una persona tiene que estar siempre tocando suelo. No te puedes olvidar de lo tuyo, de tu familia, de tus amigos. Una casa se empieza por los cimientos y no por el tejado, y en nosotros esos cimientos son las raíces, que son lo que soporta igual una planta que a una persona: una planta sin raíces no es nada, e igualito nosotros.

Mis raíces son la familia, Arguedas y Tudela, mi gente, el contacto con la tierra. Con mi padre aprendí a hacer trabajos de campo que no sabían hacer ni los que me sacaban veinte años, y de chaval pasaba tanto tiempo con los más viejos, como con los de mi edad, oyéndolos hablar del huerto y soltando refranes cada dos por tres. Muchos todavía los recuerdo. «El que come verdura de salud perdura, y el que come fruta de salud disfruta», decían.

Todo lo que aprendí allí y con mi gente fue mi universidad y máster en la vida. Esos recuerdos y ese aprendizaje van siempre conmigo. A fin de cuentas, lo que acabé montando en Madrid fue la huerta de mi padre. Por eso, lo mismo que hago al repartir cajas de tomates entre mis amigos lo hago ahora cambiando las cajas por páginas de libro: quiero compartir contigo mi experiencia, de la forma más sencilla que sepa hacerlo, para que lo que viene te ayude a montar tu propio huerto en casa como una extensión de tus raíces, y así hacerlas todavía más fuertes. ¡Buena siembra!

Floren Domezáin

“Rey de las Verduras”

El considerado “Rey de las Verduras” y galardonado en numerosas ocasiones, creador de “La huerta urbana más grande del mundo en la azotea de un hotel”, cocinero y asesor gastronómico del programa de TVE “Un país para comérselo”, y proveedor de los restaurantes que ostentan tres estrellas Michelin; acaba de estrenar nuevo proyecto al frente de los fogones de su propio restaurante Floren Domezáin, junto con su mujer Mercedes Lázaro, que se ocupa del buen funcionamiento de la sala.

Floren Domezáin ofrece una cocina saludable, haciendo hincapié en las verduras de la ribera Navarra provenientes directamente de los huertos que posee en Tudela y Arguedas, su tierra natal, donde lleva más de 33 años recuperando variedades autóctonas; sin dejar de lado las carnes y pescados preparados al estilo más tradicional.

Aparte de las verduras que trae de su tierra, Floren Domezáin es el primer y único local que alberga un huerto vertical hidropónico ecológico que hace autosostenible al restaurante en ensaladas. El cliente tiene la posibilidad de ir junto con el camarero y una cesta de mimbre a seleccionar del huerto aquella lechuga que desee que le preparen en ensalada.

El restaurante Floren Domezáin, decorado por Rosa García, decoradora interiorista de Tudela, posee dos entradas que dan paso a dos espacios diferentes, pero comunicados interiormente. A la izquierda, una pequeña terraza presidida por el huerto vertical, da paso a la zona de barra de raciones y pinchos, junto con el salón del fondo al que se accede por unas escaleritas; y por la puerta de la derecha, se accede a los salones del restaurante y a un privado con capacidad de hasta 22 personas.

C/ Calle de Castelló, 9, 28001 Madrid

Teléfono: 915 76 76 23
Correo: reservasfloren@gmail.com

Mercado de SanMiguel

El Mercado de San Miguel de Madrid, es uno de los principales mercados gastronómicos del mundo

Han pasado más de 100 años desde que el Mercado de San Miguel fuera inaugurado como mercado de abastos.

Mercado de SanMiguel

Mercado de SanMiguel

El Mercado de San Miguel de Madrid

En la actualidad, este edificio histórico es uno de los principales mercados gastronómicos del mundo, ya que permite a sus visitantes hacer un recorrido por la esencia y los sabores de cada uno de los rincones de España.

Desde el mejor jamón ibérico o el marisco más fresco llegado diariamente de Galicia, hasta los arroces mediterráneos o los quesos más especiales de Castilla, Asturias o País Vasco. En el Mercado de San Miguel encontrarás lo más destacado de la gastronomía española a lo largo de más de 20 puestos que tienen en común su compromiso por el tapeo de calidad.

VER MÁS/ LOAD MORE…

TRUFA BLANCA DE ALBA

LAUMONT lleva a las mesas más exclusivas “Trufa Blanca”, este codiciado manjar caracterizado por su extraordinario aroma y sabor.

Uno de los manjares más reconocidos en el mundo de la gastronomía distribuido en España por LAUMONT , con un sabor extraordinario y un aroma intenso que hace que los mejores chefs del mundo y expertos en gastronomía lo consideren como uno de los productos alimenticios indispensables en sus cocinas, obtiene ese reconocimiento dado a su escasez y a su corta disponibilidad, solo se recolecta en los meses de otoño, llamada científicamente Tuber magnatum en homenaje a su descubridor, Vittorio Pico, nace de manera silvestre principalmente en la zona del Piamonte Italiano.

TRUFA BLANCA DE ALBA

TRUFA BLANCA DE ALBA

Entre otras denominaciones, se la llama la trufa blanca de Alba, una pequeña población del noroeste de Italia donde todos los años se celebra una subasta internacional de este diamante culinario con fines benéficos. En dicha subasta los más famosos y prestigiosos restauradores del todo el mundo pugnan para obtener la tan preciada joya, alcanzando en el mercado la increíble cantidad de 6.000 euros por kilo.

LAUMONT te trae a tu casa su aroma y sabor que no admite cocción, la propuesta para su consumo más óptimo es su utilización como aromatizante en diferentes platos, como el típico risottoitaliano, en pequeñas lascas aportando un sabor único al plato. Su utilización básica es para la decoración de platos de pasta, ensaladas etc. combinándolo con sabores suaves que permitan apreciar todo el esplendor de la trufa blanca que distribuye LAUMONT.

Su conservación, recomendamos consumirla en un periodo máximo de 3 días, guardándola en la nevera dentro de un recipiente de cristal, a una temperatura comprendida entre los 2ºC y 4ºC. o en recipientes herméticos con papel absorbente o un trapo ligeramente húmedo. Nunca en recipientes de plástico.

Nuestro envio se realizada en las instalaciones que poseemos con un packaging de porexpan diseñado para garantizar la máxima calidad, aroma y frescura, sin romper la cadena de frío durante todo el proceso de envío. La trufa es lavada y preparada cuidadosamente para su entrega.

Puedes comprarlas en la tienda Laumont.shop