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Casa-de-Tomás-Allende---CASA-DECOR-2021

EL EDIFICIO DE CASA DECOR 2021

La Casa de Tomás Allende es una representación perfecta de lo que también es Casa Decor, una composición ecléctica y diversa, construida por colectivos de grandes profesionales y empresas, innovadores y creativos.

Un proyecto colectivo que añade, desde su concepción, un sentimiento de variedad, a la vez que de unidad. Las dos “Casas” representan lo mejor de las capacidades artísticas y creativas de este país. Son un reflejo la una de la otra.

Por ello, no es casualidad que Casa Decor haya elegido este edificio para celebrar la edición de 2021. Se trata de una construcción singular y única en Madrid, como también lo es Casa Decor.

La Casa de Tomás Allende se encuentra en la esquina de la Plaza de Canalejas con la Carrera de San Jerónimo. Este extraordinario edificio es una muestra única del estilo arquitectónico regionalista, proyectado por el arquitecto cántabro Leonardo Rucabado y construido entre 1916 y 1920. A la muerte prematura de Rucabado en 1918, fueron los arquitectos Ramiro Saiz Martínez y Pedro Cabello Maíz quienes lo finalizaron siendo fieles a su proyecto.

Casa-de-Tomás-Allende---CASA-DECOR-2021

Casa-de-Tomás-Allende—CASA-DECOR-2021

Recibe su nombre de su primer propietario, el prominente empresario, promotor inmobiliario y político asentado en Bilbao, Tomás Allende Gómez, para quien Rucabado ya había realizado varios chalés en Bilbao.

En 1916, Tomás Allende le encarga una nueva construcción, esta vez en Madrid, en la cotizada plaza de Canalejas, ya centro financiero de la ciudad. Para este proyecto, que estaba destinado a viviendas y oficinas comerciales, Rucabado se recrea y despliega todo el repertorio regionalista que venía investigando y aplicando en otras construcciones. Sin duda, su obra póstuma es la culminación de su corta carrera.

LA FACHADA

El trabajo ornamental de la fachada es rico, ecléctico y exuberante, con una solana cántabra, grupos escultóricos en piedra caliza (heraldos, escudos, columnas, guirnaldas, leones, emblemas, medallones, veneras, etc.), así como ladrillo visto dispuesto al estilo mudéjar, cerámica de Daniel Zuloaga, rejería de balcones y barandillas de Francisco Torras, y magníficas vidrieras de la casa Maumejean.

A la hora de componer la fachada del edificio, Rucabado tuvo muy presente la construcción colindante, la Casa Meneses, construida entre 1914 y 1915 por el arquitecto José María Mendoza y Ussía. Para lograr una armonía entre las dos edificaciones,

Rucabado mantuvo las mismas alineaciones en la apertura de los huecos y remató la esquina con un torreón, de forma que el conjunto quedara integrado en la cara curva de la plaza.

La fachada es, sin lugar a dudas, un magnífico muestrario de los oficios artesanos tan apreciados en las construcciones de finales del siglo XIX y principios del XX, que Rucabado supo potenciar en su ideario regionalista. No cabe duda de que en esta edificación trabajó lo más granado de los gremios de la construcción, maestros y operarios muy cualificadas de los diferentes oficios que llevaron a cabo, de forma impecable, la imaginería decorativa y ornamental de Rucabado.

EL MIRADOR

Uno de los elementos más destacables y sorprendentes de la fachada es el mirador que asoma a la Carrera de San Jerónimo. Está inspirado en la típica solana cántabra, aunque no de origen humilde, ya que en ella hay un excelente trabajo de ebanistería, probablemente realizado por artesanos cántabros.

Está realizado en caoba cubana, madera preciosa ya prácticamente inexistente. En él se encuentra un curioso inventario de tallas que adornan la parte interior de la cornisa: águilas, atlantes sedentes, motivos célticos y figurillas clásicas, junto a pináculos, barrotes y robustas columnas talladas en espiral.

LA CERÁMICA

Daniel Zuloaga fue el encargado de realizar la rica ornamentación de los dos torreones y la terraza. Para ello utiliza una iconografía muy diversa, también de tintes historicistas, en la que aparecen medallones con figuras románticas, toques exóticos, como elefantes o leones anillados, figuras míticas como faunos, escudos ovalados, guirnaldas de frutas y flores, etc.

Daniel Zuloaga fue uno de los más importantes ceramistas de entre siglos, requerido por los grandes

arquitectos de la época, para quienes trabajó en diversas ciudades españolas. Realizó decoraciones tanto en residencias y palacetes privados, como en edificios públicos y religiosos. En Madrid, se pueden encontrar sus revestimientos cerámicos en la Escuela de Minas, el Palacio de Velázquez, el Palacio de Cristal del Retiro, el Ministerio de Fomento, el Hospital de Maudes, el edificio del ABC de Serrano o el edificio Grassy.

ORNAMENTACIÓN ESCULTÓRICA

Una gran variedad de figuras y símbolos historicistas pueblan la fachada del edificio, un interesante trabajo escultórico en piedra caliza. En el cuerpo principal se concentra una serie de grupos escultóricos de relevancia: dos heraldos vestidos con tabardos con emblemas heráldicos (muy similares a los que se hallan en el Monasterio de San Juan de los Reyes, en Toledo) flanquean a un león que sostiene un emblema oval. Este grupo está coronado por un escudo imperial enmarcado por pilastras y un frontón clásico. En la base del torreón se suceden medallones con rostros de personajes históricos, entre los que se reconoce a la Dama de Elche o Francisco Pizarro.

Cabe destacar el conjunto de columnas y pilastras

distribuidas de forma aparentemente aleatoria, pero que guardan relación con el deseo del arquitecto de respetar la verticalidad del edificio contiguo, la Casa Meneses, que se caracteriza por altas columnas que abarcan tres plantas. Rucabado quiso mantener esta armonía, pero rompiendo el orden y colocando columnas y pilastras a diferentes alturas. Algunas de ellas van adosadas y otras exentas; unas acanaladas en vertical y otras en espiral; y casi todas, rematadas con capiteles jónicos.

Finalmente, uno de los detalles más sobresalientes de la fachada es la ornamentación de conchas o veneras que salpican los muros de ladrillo rojo y que recuerda, sin duda alguna, a la Casa de las Conchas, la impresionante edificación salmantina del siglo XV.

EL LADRILLO

El estilo de Rucabado se caracterizaba por combinar de forma magistral muy diversos materiales: madera, piedra, metal, pizarra, ladrillo… dando a todos ellos un uso decorativo excepcional. El ladrillo juega un papel de gran importancia en la escenografía del edificio, ya que sirve de fondo y resalta los elementos escultóricos en piedra y cerámica, aportando cierta intención neomudéjar.

A la tradicional disposición en soga, se alternan otras en espiga, en arco y en vertical, con la yaga vista blanca, lo que refuerza el efecto visual. Especialmente delicado es el trabajo de los dos torreones, que intercala el ladrillo con los elementos cerámicos y una hilera de rosetones de metal que rodean la base de las cúpulas

TRABAJOS DE METALISTERÍA Y HERRERÍA

Otros oficios destacados tanto en el interior como en el exterior del edificio son la metalistería y la herrería. En el exterior, llaman especialmente la atención las barandillas de los balcones, profusamente trabajadas con motivos heráldicos y medallones. En ellos, se puede observa a un águila bicéfala con las alas explayadas, símbolo del escudo imperial.

En el interior, el portal, decorado en mármol rosa, está recorrido por una hilera de figuras históricas en bronce, que potencian el estilo historicista de la

decoración. Entre ellos, se reconocen los retratos de San Pedro, Don Pelayo, Santa Teresa, Colón, Cervantes, Cardenal Cisneros, Isabel de Castilla o Fernando de Aragón. A ambos lados, dos escudos imperiales y sendas farolas de bronce sobre un pedestal de mármol abren paso hacia las escaleras, decoradas con una cenefa de mármol adornada con tachuelas de bronce en forma de flor, donde destaca el soberbio ascensor de hierro fundido. Especial atención merecen las paredes, tratadas con un delicado esgrafiado que simula la textura de encaje.

LOS INTERIORES

El edificio cuenta con 5000 m2 metros aproximada- mente, distribuidos en bajo, seis pisos y sótano. Las plantas están organizadas en dos alas, que tendrán recorridos muy similares y que albergarán un total de 61 espacios. Los bajos comerciales se acondi- cionarán para crear una amplia zona de restaura- ción de más de 200 m2, que permita disponer las mesas con la distancia de seguridad requerida en las circunstancia actuales.

La mayoría de los espacios cuenta con ventanas al exterior, tanto a la Plaza de Canalejas y a la Carrera de San Jerónimo, como a amplios patios interiores. Techos de gran altura, suelos de pino melis y elegantes molduras de escayolas son algunas de las características destacables de las estancias señoriales.

En algunas estancias que dan al exterior, así como en el recorrido de las escaleras, destacan las vidrieras emplomadas firmadas por la Casa Maumejean, una de las más importantes de la época. En todos los tramos de las escaleras aparece un emblema heráldico con corona imperial, águila bicéfala de alas explayadas y un cuartelado rodeado con el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro. Dentro del cuartelado, se encuentran los escudos de diferentes reinos del Imperio español: Castilla, León, Aragón, Granada, Sicilia, Borgoña, Brabante, etc.

Algunas de las puertas de los balcones están adornadas con vidrieras decoradas con escudos heráldicos en la parte superior, aunque son las puertas interiores de la quinta planta las piezas más hermosas, con un delicado emplomado adornado con un medallón central y orla.

EL ARQUITECTO.

LEONARDO RUCABADO

Rucabado fue una figura muy destacada de la arqui- tectura española de finales del siglo XIX y principios del XX. En su legado, nos ha dejado hermosas edifi- caciones, no sólo la Casa de Tomás Allende, sino también chalés, edificios de viviendas, una biblio- teca y hasta un cementerio. Desafortunadamente, no todas ellas han sobrevivido al paso del tiempo.

Nacido en la localidad cántabra de Castro Urdiales en 1875, en el seno de una familia acomodada, cursa el Bachillerato en Bilbao, tras el cual, parte a Barcelona a estudiar ingeniería industrial y arquitectura, formación que completa con estudios en Bellas Artes y Ciencias. En Barcelona, se nutre de las corrientes de los grandes maestros del momento, en especial de Antoni Rovira i Rabassa, Luis Domènech i Montaner y Josep Puig i Cafaldach. La gran ebullición artística y estética que se vive en la Barcelona de 1900, en la que conviven el modernismo catalán, las Arts&Crafts, el Art Nouveau y el romanticismo europeo, define el carácter del joven Rucabado y despierta en él un singular interés por los detalles constructivos y ornamentales.

Tras terminar la carrera, en 1900, entra a trabajar en el estudio de Severino Achúcarro en Bilbao. En esta primera etapa, su estilo ecléctico está aún influenciado por el modernismo catalán y otras corrientes. Es a través de Achúcarro, por quien conoce a su gran benefactor, Tomás Allende.

A partir de 1910, deja atrás las influencias modernistas y se adentra en un estilo arquitectónico propio, la escuela regionalista montañesa, de la que fue su creador y principal exponente.

Rucabado adopta un nuevo lenguaje regionalista y propone una arquitectura propia nacional, evitando la copia de los modelos extranjeros. A partir de entonces, se centra en el estudio y la defensa de la arquitectura montañesa tradicional e inicia una profunda inves- tigación sobre la arquitectura vernacular. Durante 3 años, emprende una serie de excursiones por Canta- bria, en busca de las tipologías arquitectónicas popu- lares, que dibujaba y describe con precisión. Aquellos

viajes tuvieron como resultado una gran cantidad de dibujos, ilustraciones y notas de las viviendas y pala- cios cántabros. El éxito cosechado lo consagra como arquitecto regionalista y le ayuda a divulgar los prin- cipios básicos a través de conferencias y una serie de escritos sobre la arquitectura montañera y tradi- cionalismo, que también traslada a sus proyectos de la época.

Entre sus obras más destacadas, además de la Casa de Tomás Allende, se encuentra la Biblioteca Menéndez Pelayo en Santander, así como un impor- tante número de chalés y palacetes en Bilbao, en Santander y en Castro-Urdiales.

Leonardo Rucabado no solo fue un gran arquitecto, sino un ferviente estudioso de la historia de la arquitec- tura y las artes decorativas. Hoy en día se le reconoce como una gran figura de la arquitectura española del siglo XX y su gran aportación en la recuperación de la arquitectura autóctona y tradicional.

¿QUÉ ES CASA DECOR?

Casa Decor es una plataforma de interiorismo, diseño, tendencias y estilo de vida que se celebra, desde 1992, en Madrid, y que permanece abierta durante

6 semanas. Cada año, más de 200 participantes interviene un edificio diferente, histórico y singular, del centro de la capital, para presentar las últimas novedades en mobiliario, materiales, tecnología e innovación en el sector del hábitat, a través de espacios reales o conceptuales de gran nivel expositivo.

¿QUIÉNES NOS VISITAN?

De la numerosa afluencia que visita Casa Decor, un 53% es cliente final, en tanto el 47% restante son profesionales relacionados con diferentes áreas de negocio, no sólo en el sector del hábitat, sino de la construcción, hostelería, restauración, promoción inmobiliaria, publicidad, turismo, moda, educación y cultura. Por ello, todos los visitantes de Casa Decor son clientes potenciales directos con los que el expositor puede entrar en contacto.

¿QUIÉNES SON LOS EXPOSITORES?

En cada edición, se reúnen más de 200 expositores, entre profesionales y empresas, con el fin de promocionar su trabajo, productos y/o servicios, en un entorno único y exclusivo. Casa Decor es un gran proyecto colaborativo, que potencia y da visibilidad no sólo al sector del interiorismo, sino también a marcas de lujo y estilo de vida, que funciona como un laboratorio creativo de ideas, materiales, diseño e innovación.

¿CÓMO PARTICIPAR?

•   Con espacio propio:

Los profesionales y las firmas pueden contratar un espacio durante las seis semanas y disfrutar, además, de los beneficios de marketing y comunicación asociados a su participación hasta la siguiente edición. Para ello, han de realizar un proyecto decorativo, ya sea de un espacio real o conceptual, que cumpla los máximos estándares de calidad en su propuesta y ejecución.

•   Con presencia de producto:

Las marcas pueden colocar sus productos en los espacios de la Exposición, de forma que quedan integrados en ambientes de alta decoración.

MARKETING SENSORIAL UNA EDICIÓN RESPONSABLE

El visitante de Casa Decor entra en contacto directo con el producto y establece un vínculo con éste, a través de su experiencia sensorial. Se trata de una forma única de acercarse al producto o de mostrar un servicio de manera empírica y con gran impacto emocional.

Casa Decor ofrece una fórmula única de relacionarse con el producto por medio de espacios decorados, diferente a otros formatos publicitarios, ferias y promoción tradicional.

PLATAFORMA DE COMUNICACIÓN

Casa Decor pone al servicio del participante todos sus medios y soportes de comunicación, tanto digi- tales como impresos y publicitarios, durante el año que dura la campaña. Una exclusiva plataforma de comunicación mediática, con prestigio y gran credi- bilidad en el sector del interiorismo.

RELACIONES COMERCIALES, NETWORKING Y SINERGIAS

Los contactos comerciales y profesionales se suman al trato directo con clientes, medios de comunicación y prescriptores. Un beneficio de gran valor para los expositores, que pueden maximizar con acciones y eventos personalizados durante la Exposición.

10.874.000 € DE REPERCUSIÓN MEDIÁTICA

En la edición de 2020, visitaron la Exposición 337 periodistas nacionales e internacionales, de 500 medios y canales de comunicación, que generaron

1.400 noticias on y offline, valoradas en casi 11 mil- lones de euros.

SOSTENIBLE

En la edición de Casa Decor 2021 se mantendrán todas las recomendaciones sanitarias marcadas por las autoridades, y que ya pusimos en práctica en la reapertura de la pasada edición 2020: control de aforo, venta de entradas online, visitas por franjas horarias, recorridos señalizados, distancia de seguridad y productos higienizantes en todas las plantas.

Así mismo, mantenemos nuestro compromiso real e inalienable con la sostenibilidad, que es preciso aplicar en todas las áreas de acción de la Exposición. Nuestros principios de sostenibilidad se basan en la utilización de materiales orgánicos, reciclados y reciclables, de extracción y producción sostenible; proyectos que maximicen los recursos, minimicen el impacto y sean fáciles de retirar; reutilización de materiales y muebles tras la Exposición; ahorro de agua y eficiencia energética; “Interiorismo de Km 0”, que apueste por el producto artesanal y los oficios tradicionales de la región; y cultura biofílica, que favorezca los espacios verdes y saludables.

DATOS DE INTERÉS

CASA DECOR 2021

Lugar: Plaza de Canalejas 3, Madrid.

Fechas de la Exposición: del 13 de mayo al 27 de junio Horario: De 11 a 21 h, domingos y festivos incluidos

GABINETE DE PRENSA

Planner Media: casadecor@plannermedia.con | Tel.: 917 870 327

Sara González | : 672 105 713

Irene Sanz | : 670 425 733

El pasado mes de abril se cumplieron cien años del nacimiento de César Manrique (1919-1992), un creador polifacético que convirtió Lanzarote en su mayor obra de arte. Con ese motivo, la Fundación César Manrique (FCM) y el Cabildo de Lanzarote han organizado un amplio programa de actividades desarrollado bajo el lema «El desafío inmediato del presente: una humanidad contemporánea del futuro», que se prolongará hasta el 24 de abril de 2020. 

César Manrique

Foto: Fundación César Manrique.

«Los canarios nunca han tenido una conciencia exacta del gran lujo que significa vivir aquí»

César Manrique nació en el barrio de Arrecife, Lanzarote. Pintor, escultor, arquitecto y artista multidisciplinar, estudió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, y, tras varios años exponiendo por todo el mundo, en 1964 se trasladó a vivir a Nueva York, la meca del arte por aquel entonces.

Dos años más tarde, en 1966, regresó a Lanzarote para instalarse definitivamente en su isla natal, que en ese momento iniciaba su desarrollo turístico. Es entonces cuando inicia su proyecto más personal y ambicioso: utilizar la propia isla como el lienzo medioambientales. Miradores, jardines, intervenciones en el litoral, centros culturales … La lista es interminable y apabulla por su originalidad y modernidad imperecedera. En 1978 le fue otorgado el Premio Mundial de Ecología y Turismo.

Paralelamente al compromiso con el territorio insular, Manrique abrió su trabajo creativo hacia otras manifestaciones artísticas. Así, elaboró  un nuevo ideario estético, al que denominó «arte-naturaleza/naturaleza-arte», que pudo concretar en sus intervenciones espaciales, un ejemplo singular de arte público en España: Jameos del Agua, su casa de Tahíche -hoy sede de la Fundación César Manrique-, Mirador del Río, Jardín de Cactus, etc.

Además de sus intervenciones en Lanzarote, ideó diferentes propuestas tanto en otras islas como Tenerife, La Gomera y El Hierro, como fuera del Archipiélago canario. Así, intervino en Ceuta, con el Parque Marítimo del Mediterráneo o en Madrid, con el centro comercial Madrid-2, La Vaguada.

Son intervenciones, obra pública fundamentalmente, en las que se mantiene un diálogo respetuoso con el medio natural y se ponen en relación valores arquitectónicos de la tradición local con concepciones modernas.

Falleció el 25 de septiembre de 1992, víctima de un accidente de tráfico, cuando salía en su coche de la fundación que lleva su nombre, en Taíche, en el municipio de Teguise. El coche conducido por Manrique, un Jaguar de su propiedad, fue alcanzado lateralmente en un cruce de la carretera por un jeep, cuyo ocupante resultó con heridas de carácter leve. El artista ultimaba los preparativos de su participación en los actos del Día Mundial del Turismo, previstos para esa misma semana en la isla.

Obra de César Manrique

Sin título, 1951-1953. Técnica: Monotipo / papel. Medidas: 42 x 51 cm

«Antes que nada me considero un pintor»

Escultor, pintor, paisajista, urbanista… César Manrique era cada una de estas cosas y todas las realizó con maestría, pero como él mismo reconocía, antes que nada, se sentía pintor. Manrique fue uno de los pioneros del arte abstracto en España. 

En 1942 tuvo lugar su primera exposición individual en Arrecife, y con el auge del surrealismo en la década de 1950 fundó la galería Fernando Fé, la primera galería no figurativa de España. Durante esa época realizó murales en Lanzarote, como el del Aeropuerto de Guacimeta y el parador de Turismo de Arrecife, y en la península, y expone su trabajo en varios países. En 1954 realizó su primera exposición abstracta, junto con sus amigos los pintores Manuel Mampaso (1924-2001) y Luis Feito (1929).

En la década de los sesenta realizó múltiples exposiciones en España, Alemania, Inglaterra, Suecia, Italia, Austria, Brasil, Japón, Estados Unidos y Finlandia.

Los Jameos del Agua (1958) es la primera gran actuación de Manrique en el paisaje de Lanzarote, un maravilloso lugar donde es posible disfrutar de diferentes escenarios. Desde la piscina de aguas turquesas hasta un restaurante donde degustar comida típica de la isla pasando por un auditorio singular por sus características geológicas y condición acústica o una laguna de agua salada.

«Para mí, era el lugar más bello de la tierra. Y me di cuenta de que, si ellos eran capaces de verlo a través de mis ojos, entonces pensarían igual que yo»

El legado de César Manrique se extiende por toda España, pero es en su isla natal donde logró manifestar en mayor medida su amor por el paisaje. Estética, medio ambiente, patrimonio natural… son términos asociados a la figura de este icono del arte contemporáneo, que logró plasmar su talento en todo tipo de manifestaciones artísticas: desde murales abstractos y esculturas móviles balanceadas por el viento a miradores suspendidos en acantilados y lagos artificiales junto al mar.

Situada en en el centro geográfico de Lanzarote en el municipio de San Bartolomé, la Casa-Museo del Campesino (1968), es la obra con la que César Manrique reconoce el esfuerzo de los campesinos de Lanzarote, que se enfrentaron a las condiciones más adversas para dar vida al territorio. Está formado por una serie de edificaciones que se inspiran en el prototipo de arquitectura tradicional lanzaroteña, no reproduciendo un modelo concreto existente, sino conjugando los elementos tipológicos más característicos de las distintas zonas geográficas de la isla. Taro de TahicheEn 1968, entre cinco burbujas volcánicas de gran tamaño, construyó el Taro de Tahiche, su casa. Una belleza única y un ejemplo de integración de una vivienda en la naturaleza que actualmente acoge la sede de la Fundación César Manrique. El Mirador del RíoEn el norte de la isla, en el Risco de Famara, César Manrique creó, en colaboración con el arquitecto Eduardo Cáceres y el asesor técnico y artístico Jesús Soto, el Mirador del Río (1973), desde donde contemplar La Graciosa y el resto del Archipiélago Chinijo. La Ruta de los VolcanesPara que los visitantes pudieran conocer el hábitat que se encuentra en el Parque Nacional de Timanfaya y sin influir de manera negativa en el ambiente, creó la Ruta de los Volcanes (1970), en las Montañas del Fuego. Una carretera estrecha que transcurre por el parque, construida de forma que el impacto tanto físico como visual fuera mínimo. El Jardín de CactusEl Jardín de Cactus (1990) fue la última obra de César Manrique en Lanzarote. Este jardín, construido en lo que era una antigua cantera de Guatiza que se había convertido en un basurero, acoge a 450 especies diferentes de cactus, cactus procedentes de todo el mundo conviviendo en una misma área.

«Siento un poco de miedo ante la avalancha turística que se avecina a Lanzarote»

Al regresar de Estados Unidos en 1964, empezó su campaña de sensibilizar a la gente de la Isla de Lanzarote para respetar el estilo tradicional arquitectónico. Explicaba a sus paisanos que no debían derribar las casas o una parte de ellas en mal estado para construir un garaje o una ampliación, empleando aluminio en vez de madera, y convenció al Gobierno de la Isla para que erradicara el uso de las vallas publicitarias del paisaje y de las carreteras.

La vertiente activista resulta fundamental para entender la figura de Manrique. Su implicación, la labor de denuncia que ejerció abiertamente, su confrontación directa con autoridades y promotores, y su compromiso con los valores culturales y paisajísticos de la isla, lo convirtieron en un símbolo, añadiendo a su personalidad creativa una dimensión sociopolítica inédita en el panorama artístico español.

Juguetes del vientoUna parte importante de la escultura de César Manrique la constituyen los móviles, lo que él llamaba Juguete del viento. Son estructuras de hierro, compuestas de esferas, círculos, pirámides… que, con el viento, se vuelven etéreas y establecen un complicado movimiento rotatorio opuesto.

Hasta el próximo 24 de abril de 2020 tendremos la oportunidad de disfrutar de la obra de César Manrique, así como de su importancia para la isla, a través de una serie de actos programados por la Fundación: talleres, exposiciones, conferencias, mesas redondas, libros, documentales, eventos musicales con protagonistas de primer nivel… para homenajear y poner en valor a la figura lanzaroteña más sobresaliente de la historia contemporánea.

Consulta aquí en programa de actividades.

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Fotografías: Fundación César Manrique, Turismo Lanzarote y Mis Playas de las Canteras.

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